Cuando lo que hacemos deja de existir


Hoy hay trabajos que desaparecen, profesiones que se achican y roles que se transforman tan rápido que no dan tiempo a adaptarse. Cuando lo que hicías durante años deja de ser necesario, no queda un vacío personal: queda una pregunta.
La pregunta es simple y brutal: ¿y ahora qué?
Pero incluso cuando el trabajo cambia o desaparece, no perdés tu experiencia, tu criterio ni tu capacidad de resolver problemas. Lo que hiciste sigue valiendo, solo que ahora necesita otro formato.
Lo que queda no es el puesto: es la capacidad que te permitió sostenerlo tantos años.
Lo que desaparece vs. lo que queda
Qué pasa:
Un empleo puede terminar; tus habilidades no.
Salida concreta:
Hacer una lista real de lo que sabés hacer que sirve en otros sectores: trato con personas, análisis, ventas, organización, liderazgo, gestión, comunicación.
La experiencia sigue siendo capital
Qué pasa:
Cuando un sector cae, el miedo te hace sentir que tu experiencia ya no vale.
Salida concreta:
Traducir tu experiencia al lenguaje actual: digital, procesos, eficiencia, clientes. La experiencia no muere:
hay que renombrarla.
La adaptabilidad como ventaja competitiva
Qué pasa:
Muchos se aferran al “yo siempre hice esto”.
Salida concreta:
Entrar en modo aprendiz: un curso corto, una certificación, una herramienta nueva. La empleabilidad sube apenas te moves un poco.
Detectar dónde se está yendo tu industria
Qué pasa:
Los cambios no son sorpresa: siempre hay señales.
Salida concreta:
Analizar 3 preguntas:
¿Qué parte de mi sector crece?
¿Qué parte se automatiza?
¿Qué parte necesita personas sí o sí?
Conexiones que abren caminos
Qué pasa:
Cuando un trabajo desaparece, quedarse solo es riesgoso.
Salida concreta:
Contactar excompañeros, proveedores, clientes, colegas.
La mayoría de los nuevos trabajos llega por red, no por búsqueda formal.
Construir un “Plan B” sin abandonar el “A”
Qué pasa:
Muchos creen que reinventarse es romper todo.
Salida concreta:
Hacer transición paralela: seguir trabajando mientras preparas otra salida. Dos horas por semana alcanzan para empezar.
El valor de saber resolver problemas
Qué pasa:
Las tareas cambian, pero la capacidad de resolver no.
Salida concreta:
Identificar qué problemas sabes resolver mejor que la mayoría. Ese es tu verdadero capital en cualquier mercado.
Contacto
Escríbeme para compartir ideas o dudas.
hola@comprender.com
© 2025. Todos los derechos reservados

